lunes, 18 de junio de 2007

CIUDAD DE QUERETARO



ARTES VISUALES / EL UNIVERSAL / 01 DE JUNIO DE 2007
MÓNICA MEYER
Me gusta el arte que sabe ser cómplice, aquel que no se queda guardadito en el museo ni que piensa que su único destino en esta vida es casarse con un coleccionista.
El lunes pasado se inauguró la muestra Episodios femeninos de Maru de la Garza (DF, 1961) en el Centro Cultural Raíces (Eugenia y Pitágoras, colonia Del Valle) que pertenece al partido Alternativa Socialdemócrata, que al parecer está muy interesado en abrir sus espacios al arte y la cultura.
El motivo de la muestra es que el 28 de mayo se conmemora el Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer, cuyos orígenes se remontan al quinto Encuentro Internacional de Mujer y Salud en Costa Rica en 1987.
No soy dada a conmemorar fechas. Los cumpleaños me dan flojera y detesto celebraciones como el Día de la Madre por comerciales y cursis. Por encima de todo me niego a festejar cualquier fecha que conmemore una guerra, incluyendo las de independencia, porque glorifican nuestra incapacidad para resolver conflictos. Pero marcar un día para concentrarnos en problemas como la destrucción del medio ambiente, el tabaquismo o la violencia en contra de las mujeres, me parece una estrategia útil que apoyo.
En un mundo eminentemente patriarcal es vital reflexionar sobre la salud de las mujeres. Defenderla implica cuestionar la feminización de la pobreza y combatir la violencia, sea o no intrafamiliar. Es pugnar por el acceso a servicios médicos adecuados, pero también por leyes que garanticen la maternidad voluntaria y el ejercicio libre de nuestra sexualidad. Qué mejor que usar el arte para luchar por todo esto.
Episodios femeninos es una videoinstalación de 2005 que surgió después de que la madre de la artista padeció cáncer de seno.
En el video vemos a De la Garza vestida con una camiseta blanca. La toma es un acercamiento que la muestra de la boca a la cintura, en la que corta la tela alrededor de su seno izquierdo, cose el hoyo para cerrarlo, ve la "cicatriz", reacciona, se desviste y se pega el pedazo de tela cortado sobre ese seno. Al final se abraza.
Si bien el video nos deja con una sensación de vulnerabilidad, en el contexto de la instalación la propuesta se inclina hacia una reflexión sobre el vínculo materno, ajena a la victimización, ya que incluye una serie de fotografías de torsos desnudos, sanos, de mujeres con sus hijas, madres o abuelas. Para la artista la interrogante es si "importa la edad para enfrentarse a la posibilidad de la enfermedad", pero a mí me hizo pensar que la genética es causa de algunas enfermedades, pero también esa cadena firme que nos permite resistirlas.
Una pieza lleva a otra y De la Garza continuó con su reflexión sobre el seno y el vínculo materno en otra videoinstalación llamada Mitocondria (2006) en la que nos invita a sentarnos en un sillón tapizado con una tela floreada junto al cual hay una mesita con una larga cadena tejida que invade el espacio. El video muestra a cuatro mujeres (madre, hija, abuela y bisabuela) hablando sobre lo que recuerdan de sus madre con amor, lo que les gustaría hacer con ella y qué le dirían hoy en día.
Esta videoinstalación se presentó en distintos espacios como parte del programa Artes por Todas Partes junto con un breve taller en el que los participantes compartían sus experiencias. Cuenta la artista que muchos mencionaron el deseo de estar a solas con su madre o de viajar con ella. En otras palabras, querrían su propio día de la madre.
El 8 de junio Maru de la Garza inaugura una muestra individual en el Museo de la ciudad en Querétaro y su obra puede verse en http://www.art-marudelagarza.blogspot.com .
www.pintomiraya.com.mx

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